A principios de 2009, en uno de los almuerzos regulares de nuestro grupo binacional de amigos en Colonia del Sacramento, surgió el tema de la prospección arqueológica que estábamos llevando a cabo en el sitio del Combate de San Pedro, acción acaecida 20km al norte de Colonia, en junio de 1807, durante el período de las Invasiones Inglesas en la Banda Oriental.
Como había sucedido en varias oportunidades desde 2005, año en el que detectamos la ubicación exacta del campo de batalla, se comentaron los hallazgos realizados hasta ese momento. También se dijo que, una vez finalizadas las tareas exploratorias en San Pedro, existía la idea de encarar un desafío mayor con el mismo equipo: detectar y prospectar los campos de batalla de la Cruzada Libertadora en territorio uruguayo: Rincón de las Gallinas y Sarandí.
En ese punto, la conversación tomó un giro inesperado. De inmediato, sin tener datos precisos acerca del Combate del Rincón, el arquitecto argentino Christian Griffin, residente en Colonia por años, hizo referencia a las grandes extensiones de campo que habían sido propiedad de su familia entre el río Uruguay y el Negro, precisamente en el área del Rincón de Haedo, otra de las denominaciones del sitio en cuestión.
El asunto no se agotó allí. Christian recordó que cuando niño jugaba en las “trincheras” cercanas a la casa familiar, construida en 1840, y que algunos de sus parientes habían encontrado botones militares portugueses en los restos de aquellos terraplenes.
En ese punto, la conversación tomó un giro inesperado. De inmediato, sin tener datos precisos acerca del Combate del Rincón, el arquitecto argentino Christian Griffin, residente en Colonia por años, hizo referencia a las grandes extensiones de campo que habían sido propiedad de su familia entre el río Uruguay y el Negro, precisamente en el área del Rincón de Haedo, otra de las denominaciones del sitio en cuestión.
El asunto no se agotó allí. Christian recordó que cuando niño jugaba en las “trincheras” cercanas a la casa familiar, construida en 1840, y que algunos de sus parientes habían encontrado botones militares portugueses en los restos de aquellos terraplenes.
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